martes, 17 de abril de 2012

La vida de una adolescente

Lo he visto. No se donde, pero estoy segura de que lo he visto. ¿Me estoy volviendo loca?

Estuve hablando con una amiga y lo vi por detrás, de soslayo. Pero estaba ahí y nadie me cree.

Estoy en la playa, sola, relajada con el sonido de las olas al romper en la orilla, como música para mis oídos. Abrí los ojos. Los ojos. Le veo, en primerísimo plano. Me acerco lentamente, no se si por no asustarlo o por no asustarme yo. Los dos nos miramos a los ojos. Mi corazón se acelera. Él se acerca. Me toma la cara. Me tiemblan las piernas, las manos e, incluso, las pestañas.

Hace viento y las olas ya no suenan. De repente estoy en un balcón, el cuál mira hacia las palmeras y el mar refleja un cielo tan azul que no existe ningún color comparable. Alguien me abraza. me siento feliz, se que es él y hemos pasado una noche increíble. Estoy en un éxtasis de felicidad indescriptible. Nunca he sido tan feliz en toda mi vida. Pero, ¿Qué es eso? Empiezo a escuchar un sonido pitante, tengo miedo. No me deja volver a mis plácidos pensamientos.