jueves, 31 de enero de 2013

Somos del sur

El otro día estaba viendo un programa, mientras cenaba, en la famosa cadena de televisión andaluza. El programa era un cortometraje en el que la trama no tiene mucha importancia. Lo que vengo a denunciar es como se comportaban los actores: El chaval era un cani y su novia "La Jessy" era una ordinaria y corralera.

El simple hecho de como hablaban y se expresaban daba a entender, a cualquiera que no sepa como somos de verdad, que somos unos catetos, incultos y canis que no saben ni que es una "apindizitis" que es el término con el cuál este sujeto se refería al caso de la común "apendicitis".

Es decir, ¿qué así es como queremos que nos vean fuera? Quiero decir con esto que si desde dentro nos ridiculizamos poniéndonos de catetos para arriba, ¿cómo nos verán los que no son de aquí? Porque nosotros lo hacemos para reírnos de nosotros mismos a sabiendas de que no somos así. Pero al ver algunas series españolas donde intentan meter algo de humor a través de los andaluces y en las cuales nos ponen por vagos, bufones y catetos de pueblo ¿no nos da por pensar en que la inmensa mayoría de la culpa la tenemos nosotros?

Las demás comunidades autónomas de España se creen que nos pasamos el día bailando sevillanas, cantando chirigotas y que nos pasamos el día en los chiringuitos y en bares porque nuestro buen tiempo acompaña a ello. Solo nos ven como un sitio para veranear por el simple hecho de que sabemos disfrutar de nuestro tiempo libre y somos capaces de reírnos de nosotros mismos para echar un buen rato y sin tener que ridiculizar a nadie.

Pero lo que no ven o, mejor dicho, no quieren recordar es que los mejores han salido de las tierras del sur, como Machado, García Lorca, Murillo,  Aníbal González, Juan Ramón Jiménez y muchos más. Así que dejad de tomarnos por catetos, que seguramente seamos más cultos que la gran mayoría de vosotros.

5 comentarios:

  1. Estamos en el culo de Europa en resultados escolares, así que tienen todas las razones para pensarlo. Generalizar es malo siempre, pero es que nos lo hemos ganado a pulso.

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    1. Pues por eso mismo tenemos que ganarnos a pulso que nos quiten esa reputacion

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    2. La imagen de paleto andaluz es algo que tenemos muy enraizado. Incluso dentro de la misma Sevilla nos reímos los unos de los otros por el acento: la de veces que he visto a gente de Montequinto, por ejemplo (;P), burlarse del ceceo de Dos Hermanas, por ejemplo.

      Somos muy de mirar la paja en el ojo ajeno, pero primero deberíamos replantearnos no hacer lo que no nos gustaría que nos hicieran.

      Soy al primero al que le toca los cojones este tipo de cosas pero, como he dicho antes, nos lo hemos ganado a pulso.

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    3. Ahí tienes razón. Es lo que he dicho antes, que nosotros tenemos la inmensa mayoría de la culpa. Pero también es cierto que nosotros solo nos metemos con otros de aquí del acento, no sobre si es un paleto o no.
      ¿Sabes como se cambiaría este tipo de situación? Viajando y dando a ver como nosotros tenemos nuestra forma de vivir y de hablar y lo deben de entender al igual que nosotros respetamos su forma de vivir (no estoy concretando)

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    4. Tenéis razón los dos, por un lado nos hemos ganado a pulso que nos traten como catetos, pero no por el simple hecho de reírnos los unos de los otros o de reírnos de nosotros mismos, eso lo hacen todas las personas del planeta, personas que se sienten seguras de sí mismas y que saben apreciar tanto sus propias cualidades como aceptar sus defectos, claro está, las inseguras se ríen de los defectos ajenos no de los propios.
      Lo que nos distingue del resto y que en mi opinión genera esa idea de paletos de pueblo, no es otra cosa que la de aplaudir la ignorancia, reírse como aceptación de la estupidez.
      Jaja, me río de que te hayas equivocado pero no pasa nada, yo tampoco sabía la respuesta.
      Deberíamos tomarnos las cosas de un modo más serio, que alguien se equivoque, no importa, pero tampoco hay que ponerle una alfombra roja a los pies, como sucede hoy en día.
      La ignoracia no nos ayuda, y mucho menos aún esa desgana por aprender, por saber, por enriquecerse, por querer autosuperarse.
      Por lo que a mí respecta, lo que nos falta es actitud para querer cambiar las cosas.

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