Mantengo los ojos cerrados, estoy bien. Una fuerza mayor me obliga a estar tumbada y no le pongo resistencia. Noto luz, quizá sea la luz del sol. No, la del sol es más natural y no llega a ser tan cegadora como aquella. ¿Puede ser una linterna? Sí, eso es. Es una linterna. Escucho que gritan mi nombre hasta llegar el punto de un desgarre en las cuerdas vocales, pero, aun así, no abro los ojos.
Imaginaos que es uno de esos días en los que te suena el despertador y estás tan relajada que cuando lo apagas, vuelves a tumbarte y escuchas los latidos de tu propio corazón, notas como tu pecho se ensancha y se contrae por el aire que entra y sale de tus pulmones. Eres capaz de sentir la sangre que corre por tus venas. El bombeo de tu corazón. Así es como me sentía.
Noté la voz de un hombre, su aliento cálido me susurraba al oído diciendo que todo saldría bien.
¿Que todo saldría bien? ¿A que se refería? Entonces todos los recuerdos me vinieron de golpe. Comencé a recordar. Empecé a notar que mi cabeza estaba mojada y pegajosa. Que toda la paz que sentí, se desvaneció para convertirse en un dolor tan insoportable como cuando coges un cubito de hielo en pleno invierno, un dolor puntiagudo y dentro de la piel.
Recordé.
Iba hacia la biblioteca, con mi bicicleta. Me encontré a una amiga y estuve hablando con ella sobre el verano. Nos despedimos. Retomé mi camino y vi que mi novio pasaba por el paso de peatones y aún no me vio. Grité su nombre mientras cruzaba el paso de peatones en horizontal al suyo. Y cuando nuestras miradas se cruzaron, ocurrió.
Ese coche. Había mirado dos veces antes de pasar esa calle. No me fijé en él. ¡¿Cómo era posible?!
Ni siquiera pitó. Noté un golpe seco y se volvió todo oscuro. La ultima imagen que vi fue la del tubo de escape. ¿Realmente había sobrepasado el coche hasta llegar al otro extremo?
Abrí los ojos como una exaltación y comencé a chillar de puro dolor. ¡Me habían atropellado! Quería moverme e irme de allí, pero estaba atada. Veía mi pelo color rubí.
Sentía como me levantaban y me metían en un cubículo blanco. Solo era capaz de gritar su nombre, quería verlo. Alguien me agarró la mano con fuerza. Escuchaba sus sollozos.
Comenzamos a movernos. ¡Dios! Tenía tantas ganas de vomitar me iba a desmayar. Y antes de que ocurriese ese desmayo, escuché un "No te vayas, quédate a mi lado ¡te quiero!".
"No te vallas, quédate a mi lado ¡te quiero!"
ResponderEliminarME SANGRAN LOS OJOS!!!!!!
VALLA = vallado, cercado, seto, muro, empalizada, barrera, tapia, verja, estacada, alambrada.
VAYA = 1. interj. Expresa sorpresa, satisfacción, decepción o disgusto (¡vaya, ya he suspendido otra vez!. 2. Antepuesta a un sustantivo, intensifica su significado o cualidades (¡vaya reloj te has comprado!). 3. PRESENTE DEL SUBJUNTIVO DEL VERBO "IR".
De nada.
Gracias,te estoy muy agradecida. Pero tampoco hacía falta que me saltaras a la yugular. Hay maneras y maneras xD
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