domingo, 30 de marzo de 2014

Ten feet tall.

     El otro día hablé con él. Me abrí mental, emocional y espiritualmente con él. Quizás sea con el primer hombre con el que cuando me expreso y suelto toda la maraña de pensamientos e ideas que se alojan en mis pensamientos, me entiende.
     Él no ve palabras sueltas o frases bonitas o emotivas. Él ve una historia. Mi historia. Las múltiples partes que tiene mi vida. Pero lo más fascinante es, sin duda alguna, su capacidad de escuchar las decadentes palabras de mi día a día. Es capaz de que sin soltar palabra alguna sabe todo lo que siento y pienso. Cada palabra que no digo, él la interpreta. Se puede leer en su mirada.

     No son solo las conversaciones que mantengo con él, son los actos y hechos que hacemos el uno por el otro sin pedir nada a cambio, sin esperar nada, solo por placer. Quizás sea por el respeto que hallamos en nuestras personas. Quizás sea por la confianza y complicidad que tenemos. O simplemente sea porque nos importamos.
    Somos amigos que se entienden y comprenden, amigos que se quieren, amantes en la oscuridad. Capaces de hacerse felices mutuamente sin importar el quién o el qué. Amándose libremente. 

3 comentarios:

  1. Eres hermosa por dentro y por fuera ♡

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  2. Ay mi niña, madre!
    Muchísimas gracias por leerlo, mi amor! ^^
    Y para bonita tú!

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  3. Sencillamente precioso y mucho más aún cuando es un sentimiento recíproco!! Vales muchísimo que nunca se te olvide Nené ;)

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